Un Dirigente Fue Detenido Por Tener Relación Con la “Barra”

El fútbol sudamericano vuelve a mostrar su lado más oscuro tras demostrarse que varios dirigentes de la institución argentina de fútbol, Independiente tenían relación directa con delincuentes que formaban la barra brava del club de Avellaneda en la provincia de Buenos Aires.

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Quien más quedó en evidencia es el vicepresidente de Independiente, Noray Nakis que está acusado de integrar una asociación ilícita con el líder del grupo de choque de la tribuna Pablo Bebote Álvarez. Lo que promovió el comienzo de la investigación fueron varias escuchas entre Álvarez y Nakis. Asimismo, en 2017, el dirigente se había referido al barrabrava como: “Un delincuente que hice un ser humano. Lo recuperé y lo hice un señor por enseñarle otra vida“.

En dicha conversación, el vicepresidente primero de Independiente llama de papi al delincuente e intenta persuadirlo para que sea su socio en un negocio que tiene en la mira.Ese lugar lo voy a comprar, yo quiero que vos seas mi socio en eso” explica el directivo. La respuesta de Bebote fue que él no disponía del dinero para ingresar en él, a lo que Nakis replica: “Después arreglamos, después arreglamos“.

Sumado a ello, Nakis le pide a Álvarez que mande un par de personas para hacer presencia en dicho lugar: “Habría que mandar dos o tres muchachos para que digan que somos la gente nueva. Que somos los nuevos dueños, ¿me entendés? Para que no entre el personal que no tiene que entrar más“. En este extracto de la conversación, parece ser más un apriete o una forma de intimidar que cualquier otro paso legal que resulte ser de la compra de un inmueble. Del otro lado del teléfono encontró una respuesta positiva del ex líder de la barra brava.

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Tras las escuchas, la policía bonaerense allanó el domicilio del dirigente y lo arrestaron junto a otras 20 personas acusadas de formar parte de la banda ilícita. El rol de Nakis en dicho grupo es el de ser el nexo entre la barra y el club para poder tomar el control de los negocios tales como la reventa de entradas, explotación de la marca Independiente y la venta en los puestos de comidas alrededor del estadio. Esta vez ocurrió en Independiente pero una vez más, la connivencia entre los dirigentes argentinos y las barras bravas quedó expuesta.