La Vida De Un Adoptado Que Se Vio En La Sección De “Personas Perdidas” Y Develó Una Macabra Historia
La identidad de un ser humano se forja desde un primer momento en el cual eres bebé y te dan cariño o luego que te conviertes en niño y eres educado y recibes -o no- contención de tu familia.
Imagínate que has atravesado toda tu infancia, niñez y adolescencia de una manera más que aceptable pero de repente te das cuenta que toda tu vida ha sido un engaño, al ver que con tus 30 años encontraste una fotografía tuya en la lista de "Personas Perdidas" en un diario. Ello le ocurrió a Steve Carter Jr.
La historia de Steve Carter Junior

Steve creció como gran parte de cualquier otro niño, fue adoptado a la edad de tres años. El tiempo provocó que, cuando fue lo suficientemente grande para entenderlo, sus padres adoptivos le explicaran que ellos si bien lo habían criado, no eran sus verdaderos padres.
Tristemente su historia de vida es mucho más espeluznante que un pobre bebé del cual sus padres no se pueden hacer cargo y lo dan en adopción, sino que al querer investigar cada vez más sobre su familia biológica, Steve se encontró con un hecho más que perturbador...
Su familia adoptiva

Quienes le abrieron los brazos hacia el cariño de una familia, de sentirse acobijado y amado por primera vez en su vida fueron el oficial de la armada Steve Carter y su esposa Pat. Ambos vivían en Oahu, Hawaii en el año 1980 cuando decidieron adoptar a un niño.
Fue en ese contexto que llegó a sus vidas un pequeño de tres años y medio de nombre Tenzin Amea -el tercero desde la izquierda- que estaba en una casa de cuidados en la isla del Océano Pacífico Central. Su nuevo padre ni siquiera dudó en darle su propio nombre, por ello el agregado de Junior.
El Estado se había hecho cargo de Steve

Cada día que un niño en adopción transcurre en un hogar con más personas en su misma condición, los especialistas comentan que es más difícil que se adapte a una familia.
Tenzin -aún no se llamaba Steve- debió estar a cargo del Estado de Hawaii por más de tres años. Él nació el 16 de enero de 1977 y fue recién el 23 de septiembre de 1980 que tanto Steve como Pat terminaron con los trámites legales de la adopción. Ambos padres adoptivos coincidieron en que "fue amor a primera vista".
La familia biológica y la adoptiva se conocían

Si bien tanto Steve como Pat tenían poco conocimiento de quiénes eran los padres de su nuevo hijo, estaban al tanto de que su papá biológico era nativo de Hawai y su mamá había sido arrestada en 1977 cuando Tenzin apenas tenía cinco meses. Para no perder su esencia, los nuevos padres del niño le cambiaron en nombre a William Steven Tenzin Carter.
Con el correr de los años, aquel pequeño Tenzin abandonó las costumbres de una institución adoptiva y se vinculó con la familia para convertirse en Steve Junior.
De ser olvidado a ser envidiado

Muchos podrán coincidir en que si bien los primeros años de vida de Steve Junior fueron realmente dolorosos y de lo peor que le puede suceder a un bebé -que tus propios padres te abandonen-, con el correr de los años ello fue mejorando notablemente.
Su nueva familia lo rodeó y acompañó en su hogar situado en la ciudad de Medford Lakes, al sur de New Jersey, en una zona muy pudiente económicamente. De esta manera, Steve Junior pudo entremezclarse con niños de su edad, ser educado, participar en los deportes locales y crear decenas de amistades.
Ya adulto, y cada vez más cerca de descubrir un hecho macabro

Steve Junior -el de abajo y al medio en la foto- continuó su vida como cualquier niño regular, ya sabiendo que era adoptado pero que su nueva familia le había brindado todo para que éste progrese.
Cuando ingresó en la adultez, nunca pudo desligarse de la curiosidad sobre su real origen y de quiénes eran sus padres biológicos. Hasta tanto Steve como Pat bromeaban con su hijo adoptivo sobre su herencia: "Con su pelo rubio, ojos azules y complexión delgada, no parece para nada proveniente de la polinesia".
Un regalo navideño inesperado

A medida que transcurrían los años, la duda e intención de Steve Jr de saber sobre sus orígenes no se esfumaba y sus padres adoptivos hicieron lo imposible para, una vez más, ayudarlo en su camino.
Para una de las navidades que vivió con su familia, tanto Steve como Pat le regalaron una prueba de ADN que le permitió a Junior enterarse de que tenía ancestros que pertenecían a la península escandinava -Noruega, Suecia y Finlandia-. Ello no sació su necesidad de informarse aún más y en oposición, abrió más cuestiones a resolver.
Steve ya tenía en mente una prueba de ADN

Los años en los que Steve ya era un adulto y podía pensar por sí mismo para saber cómo revelar su verdadera identidad fueron demasiados y el hecho de la prueba de ADN había sido contemplada.
En 2011, él se interiorizó en la historia de una mujer llamada Carlina White -de la imagen superior- la cual había sido secuestrada cuando era bebé del hospital de Harlem. Ella se crió en Connecticut y creyó que su secuestradora era su real madre de nacimiento hasta que alcanzó los 23 años. Carlina logró encontrar la verdad luego de recurrir a "Missing Persons" -Personas Perdidas-.
Decidido a encontrar su verdadera identidad

Inspirado por la historia de Carlina White, Steve Jr. no hizo oídos sordos a todos los cuestionamientos que atravesaban su cabeza sobre su identidad y sus orígenes escandinavos.
Su primer intento fue recurrir a una búsqueda en "missingkids.com", una página web en donde se registran todos los niños que se han perdido y que es controlada por el National Center for Missing and Exploited Children -Centro Nacional De Los Niños Perdidos y Explotados-. Luego de prestar atención a cada foto y a la información que se le brindaba en el sitio web... llegó a un alarmante descubrimiento...
¡Ése soy yo!

Imagínense en el lugar que Steve Jr se encontraba, durante años buscando su verdadero paradero y lleno de esperanzas de que alguna aplicación o sitio de Internet le ayudara a resolver su dilema existencial.
Él comenzó a surfear el sitio web y debajo del nombre "Marx Panama Moriarty", que había estado perdido desde julio de 1977 vio una progresión de fotos en el cual cómo este hombre se vería en diez años. "No podía creerlo, me agarró un escalofrío increíble y lo único que pensé fue ´¡No puede ser, ése soy yo!´" reveló Steve en aquel momento en que toda su búsqueda comenzaba a tener sentido.
Marx y Steve, la misma persona

Luego del shockeante descubrimiento, Steve se vio envuelto en una alegría y adrenalina tal que se decidió a llamar a las autoridades apropiadas del caso. El paso siguiente fue el de volver a realizarse una prueba de ADN la cual fue supervisada por este organismo para que luego, y al cabo de ocho meses, se pudiera probar que Marx -el hombre de la fotografía- y Steve eran la misma persona.
En ese entonces Steve no sólo sabía que tenía orígenes escandinavos sino que tenía su nombre verdadero y por el cual era buscado.
Su esposa fue clave en el acompañamiento

La esposa de Steve Jr, Tracy no sólo que comprendió el proceso por el cual vivía su esposo y lo acompañó, sino que también lo impulsó a que intentara saber más sobre sí e ir en busca de la verdad.
Luego de más investigaciones, Junior encontró a un soldado veterano de la guerra de Vietnam, llamado Mark Barns. Éste, que luego de retirarse trabajó como periodista, estaba el 21 de junio de 1977, ocupándose del jardín de su casa en la isla de Hau´ula, Oahu, Hawaii. Mientras tanto, su pareja, la artista Charlotte Moriarty, se aventuró en un paseo alrededor de la zona con su niño de seis años Marx.
¡Desaparecidos!

Mark Barnes nunca hubiese imaginado que aquella vez en la que estaba encargándose del jardín de su casa y despedía a su esposa e hijo sería la última vez que la vería.
Charlotte era conocida en la ciudad como una persona que le gustaba ser libre y proclamarse como un espíritu en libertad, y nunca regresó a su casa. Al cabo de tres semanas, Mark informó a las autoridades sobre lo sucedido y reportó que su novia estaba desaparecida. Increíblemente, a la policía le costó mucho trabajo el encontrar el paradero de la actriz.
Mark inició la búsqueda por su esposa e hijo

Como cualquier otra persona que haya estado en el lugar de Mark, él se encontraba totalmente devastado y atónito ante la situación que le tocaba vivir. Se dedicó durante un año a buscar a su pareja perdida y a su hijo por todo Hawaii.
Si bien no quería perder las esperanzas, él no tenía ninguna certeza de que su hijo o esposa estuvieran vivos. Y hasta se le pasó por la cabeza la idea que ni siquiera estén en la misma nación y ya hayan abandonado el lugar. Sorprendentemente, ese pensamiento no estaba para nada alejado de la verdad, de hecho lo era.
¿Qué ocurrió aquella tarde durante la caminata?

Cuando en aquella tarde como cualquier otra, Charlotte y Marx tomaron una caminata por su vecindario y dejaron a su esposo y padre Mark en la casa, no sólo estaban paseando por el lugar, tal como el padre de familia creía. Más que un día que marcó el destino de los tres integrantes de la familia, fue una decisión de Charlotte la que marcó un rumbo diferente en las vidas de estos tres.
¿Qué planes tenía Charlotte?, ¿A dónde se fueron? y ¿Por qué?. Lo cierto es que la actriz y su hijo se esfumaron...
Charlotte y Marx viajaron al lado opuesto de la isla

Durante el período en el cual Charlotte y Marx desaparecieron, hubo una brecha de tres semanas en la cual Mark no denunció el hecho a sabiendas de que la actriz mantenía dicho pensamiento de la libertad del ser. Durante ese mismo período, una pista clave surgió del otro lado de la isla de Oahu.
Al sur de la isleta, un residente del lugar indicó que había visto a dos personas, una mujer y un niño, que estaban simplemente vagando por el vecindario y decidió a llamar a la policía.
Charlotte despistó a la policía

Los oficiales de policías se dirigieron a la zona en donde Charlotte y Marx habían sido visualizados y cuando los encontraron, enfrentaron a la mujer. Charlotte inventó nombres tanto para ella -Jane Amea- como para su niño -Tenzin Amea- e increíblemente, hasta les acercó a los oficiales una partida de nacimiento falsa de su hijo.
Claro está, todo ésto se produjo en los días en los cuales aún Mark no había realizado la denuncia que tanto su pareja como hijos estaban desaparecidos, entonces, la policía no podía realizar ninguna conexión con el hecho en sí.
Charlotte y Marx se separaron para siempre

Con el correr de los años, Charlotte acabó inevitablemente en un hospital psiquiátrico y el niño del cual se lo conocía como Marx terminó en un instituto de cuidados del Estado para niños sin padres.
Increíblemente, el orfanato en el cual Marx vivió durante años estaba a menos de 30 millas de donde estaba su casa original en donde había vivido con Charlotte y Mark. Para peor, la suerte nunca acompañaría a Mark ya que Charlotte desapareció al poco tiempo de ser ingresada al hospital psiquiátrico y por ende, no tuvo forma de rastrear el paradero de su hijo.
Steve pudo encontrar a su familia

Mark no fue el único que acabó desilusionado por todo lo que había vivido y como su vida se había desvanecido en cuestión de días. "Steve Junior" también tenía una media hermana biológica de nombre Jennifer que era ocho años mayor. Fue ella quien convenció a los oficiales Hawaianos de re-abrir el caso en 2001 y por ello se produjeron las imágenes de cómo se vería Marx de adulto en los diarios y las plataformas de Internet.
Cuando Steve Junior se anotició de ésto décadas después, decidió tratar de reunir a todos sus familiares perdidos. Al cabo de un par de meses, llamó a Jennifer y hasta pudo hablar con su padre biológico que se había trasladado a California.
Steve Junior pudo finalmente saber quién era

Por otra parte, la noticia no fue fácil de ser recibida por parte de los padres adoptivos de Steve Junior ya que era la información que no querían recibir. "En un nivel emocional importante, sentí que nos habíamos llevado el niño de otra persona" develó Pat en una entrevista. Con el tiempo, aceptaron que fueron bajo las circunstancias que a Marx o Steve Junior le tocó atravesar.
Podría no ser una vida normal o una situación que se le desee a ninguna persona pero es positivo que haya encontrado finalmente una familia que lo haya criado con tanto cariño, y que luego de ello, haya podido reunirse a sus relativos verdaderos que aún hacían el esfuerzo por verse.