Claudio Bravo tuvo una sola parada y demostró que es el dueño del arco culé

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Con un hat-trick de Luis Suárez, Barcelona aplastó  al Guangzhou Evergande de China 3-0 y avanzó a la final del Mundial de Clubes que se disputará este próximo Domingo a las 7.30 en Tokio.

Un encuentro donde no hubo equivalencias entre ambos equipos: a pesar de la ausencia de Messi y Neymar, Barcelona fue infinitamente superior al equipo chino y si no anotó más goles fue porque jugó a media máquina esperando la final frente a River.

Sin embargo, el equipo de Scolari tuvo una situación clara en el inicio del segundo tiempo y con el encuentro todavía 0-1 cuando el brasileño Elkeson cabeceó una pelota dentro del área y la pelota después de botar fue salvada por Claudio Bravo tras un enorme esfuerzo. El chileno hizo lo que tenía que hacer, como dueño del arco de un equipo grande, respondió en la única situación de peligro que le llevó el equipo rival, demostrando grandes reflejos y fuerza de piernas para llegar a esa complicada pelota. Enorme presente del ex-Colo-Colo