CALVARIO BLANCO

Patética. Esa fue la imagen que dejó este Madrid de Rafa Benítez  en el Bernabeu. Barcelona lo pasó por arriba en todos los aspectos recordando en varios pasajes aquella máquina de Guardiola que tantos éxitos vivió frente al clásico rival. Una derrota 4-0 en casa cuyas consecuencias ni siquiera comenzaron. Varias cabezas van a rodar después de esto, empezando por la de Rafa Benítez (ya se habla de Zinedine Zidane como nuevo entrenador) y siguiendo por la de Florentino Pérez, cuya dimisión pidió a viva voz la grada madridista.

El equipo de Cristiano comenzó presionando bien arriba y llegando con cierto peligro al área de Bravo. Pero Barcelona enseguida empezó a hacer lo que mejor sabe, controlar la pelota y así poco a poco fue desmantalando cualquier intento de los de Rafa. El Blaugrana comenzó a arrinconar al Madrid y así llegó el primer gol, tras una gran jugada de Sergi Roberto (revelación) que dejó solo a Luis Suárez para su exquisita definición a 3 dedos contra el palo izquierdo de Keylor Navas.

El partido entró en una meseta luego del gol hasta que el Barça  quiso, ya que poco antes del Descanso una gran jugada de Iniesta dejó sólo a Neymar que definió con su pierna menos hábil para poner el 2-0 por sobre la salida de Keylor Navas que ya comenzaba a resignarse..

El segundo tiempo mostró en sus primeros minutos una reacción del equipo Blanco con 2 jugadas claras que fueron desactivadas por Claudio Bravo. Pero cuando parecía que se venía el descuento, otra combinación entre Neymar  e Iniesta, el brasileño que hace de poste en la puerta del área dejándosela de taco, perfecta para que el Cerebro le rompa el arco a Keylor Navas y desate la locura del Blaugrana.

Tras el tercer gol, Barcelona quitó el pie del acelerador por unos minutos y ahí pudo llegar nuevamente el descuento Blanco, pero entre Bravo y la ineficacia de los delanteros (pésimo Bale, apagado Benzemá, superado por Claudio Bravo CR7) impidieron el 1-3. Por el contrario, el trámite nuevamente se hizo Blaugrana y Luis Suárez se perdió por  2 veces el gol, pero en la tercera no perdonó:  apareció un recién ingresado Leo Messi que habilitó a Jordi Alba, este que cede a Luis Suárez y la definición exquisita de vaselina del uruguayo para decretar el cuarto y definitivo tanto de Barcelona.

Final del partido, pañuelos, silbidos, pedidos de dimisión….y alegría infinita Blaugrana. Una goleada que será difícil de olvidar, y pasarán meses –o años- para que las heridas sanen en el corazón Merengue.