El extraño caso del ¿Futbolista? que nunca jugó al fútbol

El mundo del fútbol está plagado de futbolistas que cambian de equipo, la expansión del negocio ha permitido que estos fichajes se den cada vez en mayor medida, y la globalización que haya más información disponible y los jugadores sean mercadería.

Uno de estos futbolistas golondrina fue Carlos Henrique Raposo, que pasó por varios clubes pero cumplió con una peculiar característica en ellos, si bien cobraba el sueldo mensual, no disputó ningún partido. Quieres saber por qué? La respuesta es insólita.

Una virtud poco común

Carlos Henrique Raposo es un ex futbolista que ha sabido aprovechar sus dones al máximo. Uno podría pensar que tenía una pegada prodigiosa o era de aquellos jugadores que hacen la diferencia dentro de un campo de juego, pero no. Su mayor virtud era la de hacer amistades con los futbolistas más relevantes para lograr ser contratado.

ADVERTISEMENT

Amistades Convenientes

ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT

Raposo, quien se desempeñó en el fútbol en los años 80´, lograba relacionarse con futbolistas de la talla de Romário, Bebeto, Brano y hasta Edmundo. Ese era su paso inicial que concretaba cuando los convencía, debido a la gran relación que mantenían, de que estos lo integren a sus contratos cuando eran fichados por algún club para irse con ellos.

ADVERTISEMENT

Su función en la relación

ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT

Además de brindarle una compañía a su amigo futbolista, Carlos Raposo se encargaba de que a éstos no le faltara nada en su día a día. Ese era su objetivo. Sumado a ello, debía rendir en los entrenamientos ya que era comprado como futbolista. Ahí comenzaban los problemas ya que lo único que tenía de deportista era un físico atlético pero sin condiciones futbolísticas.

ADVERTISEMENT

Era apodado Kaiser

ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT

Su mote en el mundo del fútbol se debió a lo único que lo podía hacer pasar como futbolista, su físico. Su forma corporal era muy similar a la del astro alemán Franz Beckenbauer de los años 70´ es por ello que lo apodaban Kaiser, tal como a Franz. Beckenbauer, quien fuera campeón del mundo en 1974, fue el origen de su apodo.

ADVERTISEMENT

El método que utilizaba

ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT

El propio Raposo explicó su manera de accionar frente a los jugadores que luego terminaban siendo sus amigos: "Nos encontrábamos en un hotel y yo llevaba mujeres". Y añadió: "Alquilaba departamentos a dos pisos de diferencia de los jugadores así nadie debía salir del hotel". De esa manera y por intermedio del sexo femenino lograba acercárseles.

ADVERTISEMENT

La primera estafa

ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT

En 1986, Raposo logró su primer contrato en el fútbol o lo que muchos podrían considerad una estafadebido a que era fichado por el simple hecho de tener relación con una figura. Fue Mauricio quien lo llevó al Botafogo donde era ídolo del club. La relación entre ambos había nacido de la infancia y ganó importancia en los años posteriores.

ADVERTISEMENT

Su trampa en el entrenamiento

ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT

Al igual que los comediantes cuando se suben al escenario para iniciar su monólogo del stand-up, Raposo tenía su método para vivir el día a día en el club: "Hacía algún movimiento raro, me tocaba el muslo y me quedaba 20 días en el departamento médico". Era así como, en una época que no existían las resonancias magnéticas, este futbolista ficticio vivía del club.

ADVERTISEMENT

El engaño le dio sus frutos

ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT

Por más que suene irrisorio, Raposo consiguió hacerse de su primera transferencia al Flamengo. Todo gracias a Renato Gaúcho, otro de sus grandes amigos. El nacido en Río Grande do Sul manifestó: "Sabía que Kaiser -así lo apodaban a Raposo- era enemigo del balón, así que acordaba con un compañero que lo golpeara y lo mandara a la enfermería".

ADVERTISEMENT

Un genio de la mentira

ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT

Durante su etapa en el Fla, su modo de accionar ya era más profesional. Raposo llegaba a las prácticas con un celular, lo que demostraba una gran posición económica por entonces, y simulaba hablar en inglés para hacer creer que equipos europeos estaban interesados en ficharlo.

ADVERTISEMENT

Lo desenmascararon

ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT

En algún momento, alguna circunstancia iba a propiciar que la historia de Raposo tambaleara y se cayera cual pirámide de naipes de una baraja española. Fue así como en el Flamengo, y a pesar de que sus compañeros y cuerpo técnico le creían sus charlas en inglés, un doctor que había vivido en Inglaterra lo desenmascaró. Éste explicó que la conversación que Raposo mantenía por celular no tenía sentido.

ADVERTISEMENT

La prensa, otra "amistad"

ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT

Al haber faltante de información y de videos a la hora de contratar a un futbolista, Carlos Henrique se relacionaba con distintos periodistas que generaban artículos positivos suyos. "Tengo facilidad de hacer amistades, a muchos periodistas les caía bien". Aunque otras fuentes revelaron que Raposo además de ser amigable, les compraba regalos y le brindaba información interna del club.

ADVERTISEMENT

Dio el salto a otros países

ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT

El fútbol de Norteamérica le abrió las puertas de manera increíble a este futbolista que no había jugado ningún partido en su vida pero aún iba a salir del país. Fue el Puebla de Méxicodonde tampoco jugó y se marchó a los Estados Unidos. "Yo firmaba el contrato de riesgo, el más corto, normalmente de unos meses y recibía las primas del contrato." relató.

ADVERTISEMENT

Demostración de su poder de engaño

ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT

Su periplo por los Estados Unidos y México duró apenas dos años y regresó a Brasil. Allí y en el Bangú protagonizó una de sus grandes historias. Su entrenador decidió convocarlo, por diferentes situaciones de lesionados y otros problemas. Cuando éste estaba entrando en calor y por saltar al campo de juego, se las rebuscó para pelearse con un hincha y ser expulsado para no ingresar.

ADVERTISEMENT

Transformó enojo en comprensión

ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT

A minutos de haber sido expulsado, debió enfrentar a su entrenador en el vestuario. Cuando éste estaba dispuesto a encararlo para reprocharle su actitud en el encuentro, Raposo lo anticipó: "Dios me dio un padre y después me lo quitó. Ahora que Dios me ha dado un segundo padre -hablando del técnico- no dejaré que ningún hincha lo insulte".

ADVERTISEMENT

Llegó a Europa

ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT

Raposo fue recibido como una estrella en el Ajaccio de Francia. El humilde club de Europa contrató al brasileño y le armó una presentación que recordará por siempre. "El estadio era pequeño pero estaba lleno de aficionados" comentó. Y añadió: "Vi que había muchos balones en el césped, me puse nervioso porque descubrirían que no sabía jugar"..

ADVERTISEMENT

Se salió con la suya una vez más

ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT

Mientras los nervios se apoderaban de Raposo y todo un estadio colmado de fanáticos se iban a dar cuenta de que él era una farsa, éste resolvió una vez más a lo grande. "Salté al campo de juego y comencé a coger todos los balones y patearlos a los aficionados. Ellos enloquecieron" develó.

ADVERTISEMENT

Su primera vez en un campo de fútbol

ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT

Para un futbolista que tenía 20 años de carrera, ya era demasiado tarde para debutar en un campo de juego. Raposo señaló que fue en el Ajaccio donde jugó de verdad por unos minutos. "Nunca fueron más de 20 minutos por partido" según reveló. Ese fue su final, con 39 años colgó los botines.

ADVERTISEMENT

El día que jugó y se ganó al público

ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT

Su período en el Ajaccio de Francia fue toda una situación innovadora para él. Jugó 20 minutos un encuentro que él comenta pero no recuerda contra qué institución. A los pocos minutos de ingresar, se desgarró en un pique y los aficionados deliraban porque a pesar de estar lesionado, Raposo no dejaba el campo por amor a la camiseta. Una historia de locuras.

ADVERTISEMENT

El historial dentro de las canchas

ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT

Raposo indicó que en sus 20 años de carrera nunca disputó minutos oficiales en su país natal, Brasil. Y fuera del mismo, confesó alcanzar la cifra de 20 o 30 encuentros pero con escasos minutos en cada uno de ellos. Para conseguir un promedio de menos de un partido por año de carrera, Carlos Henrique fue bastante inteligente.

ADVERTISEMENT

La razón de su engaño

ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT

La posición que Carlos Henrique Raposo ha tomado para justificar su accionar es tan elocuente como comprensible: "No me arrepiento de nada. Los clubes han engañado y engañan mucho a los futbolistas. Alguno tenía que vengarse de ellos". Es él un justiciero? o un simple estafador?

ADVERTISEMENT

¿Cómo es conocido mundialmente?

ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT

Carlos Henrique Raposo es conocido en el mundo del fútbol como el estafador más grande que ha vivido de este deporte. Las estadísticas son claves, se desarrolló como futbolista durante 20 años y transitó por 15 equipos diferentes. Botafogo, Flamengo, Puebla, El Paso, Bangú, América, Vasco Da Gama, Fluminense e Independiente fueron algunos de ellos.

ADVERTISEMENT

Sus trabajos antes de "ser futbolista"

ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT

La vida ha llevado a Raposo a imitar ser un futbolista durante dos decenas de años pero antes de ello se desarrolló en diferentes labores. Desde el hombre al que se llama cuando se rompe algún electrodoméstico, gigolo -que es un hombre mantenido por una mujer, muchas veces a cambio de sexo- a planeador de fiestas.

ADVERTISEMENT

Admirado por sus amigos

ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT

Renato Gaúcho, quien fue uno de los futbolistas brasileños más destacados de la época, lo denominó como "el futbolista más grande que nunca haya jugado al fútbol". El ex futbolista que se desempeñó en Gremio, Botafogo, Flamengo y Cruziero entre otros, aún hoy expresa su sombro por el accionar del futbolista encubierto.

ADVERTISEMENT

Se comparó con Jesús

ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT

El mismo futbolista se comparó con Jesús al justificar su accionar al manifestar: "Yo sólo quería estar entre futbolista y no quería jugar al fútbol". Y agregó: "Si todas las demás personas querían que yo fuera futbolista, ese es problema de los demás. Ni siquiera Jesús pudo complacer a todos. ¿Por qué lo haría yo?".

ADVERTISEMENT

Se lanzó un documental sobre su vida

ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT

Su historia de vida comenzó a divulgarse y a volverse famosa, por ello en 2015, una compañía británica le compró los derechos exclusivos para poder lanzar un documental en el cual incluye entrevistas con Carlos Alberto, Zico, Bebeto, Júnior, Renato Gaúcho y otros. Como también, el relato principal del Kaiser.

ADVERTISEMENT

Realidad con un poco de fantasía

ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT

Como tantas grandes anécdotas que se van asentando a lo largo del tiempo, las circunstancias que ha atravesado Raposo en su vida ya de por sí parecen irreales. Años después, en su memoria recaen historias entre lo real y detalles fantaseosos que realzan su historia. Aunque de una cosa estamos seguros, esta locura sí ocurrió por los variados testimonios que lo avalan.

ADVERTISEMENT

Bebeto se "enamoró" de él

ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT

El arma de seducción de Raposo era su forma de hablar y lo que expresaba. Tenía una manera de atrapar a quien le comunicaba que era única. El goleador de la Copa del Mundo de Estados Unidos 1994, Bebeto declaró: "El tener una conversación con él era tan buena que si le dejabas abrir la boca, te atrapaba y seducía. No lo podías evitar, ese era el final".

ADVERTISEMENT

Sus formas para evitar jugar al fútbol

ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT

El Kaiser tenía varias formas para evitar patear una pelota de fútbol, hecho que desenmascaría toda su historia. El método principal era el de fingir lesionarse en las prácticas, para ello le pagaba a los juveniles para que le hicieran una dura entrada. O sino, mentía sobre una supuesta muerte de su abuela, la cual ha matado varias veces con tal de no ingresar al campo.

ADVERTISEMENT

Manejaba al entorno

ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT

Como era un genio de la mentira, este falso futbolista no dejaba margen para el error. A sus propios compañeros le caía muy bien, tenía amigos dentro del vestuario y además manejaba al público. A los simpatizantes les pagaba para que coreen su nombre cuando el presidente de la institución estaba cerca, al igual que a los reporteros para que hablaran bien de él.

ADVERTISEMENT

Se enfrentó a un poderoso delincuente

ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT

Uno de sus grandes problemas apareció cuando fichó para el Bangú, cuyo dueño era Castor de Andrade, jefe de una banda ilegal de apuestas. Éste lo presentó como "La llegada del Rey" y en un encuentro en el que era sustituto, obligó al entrenador a que Raposo ingresara. Para no hacerlo, comenzó a insultar a la tribuna para ser expulsado.

ADVERTISEMENT

Pequeñas estafas

ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT

El arte de estafar a la gente no solo se centraba en el ambiente futbolístico, era una manera de vivir para Raposo. Lograba perpetuar pequeñas estafas en el día a día como eran las de perder su billetera, que la máquina del banco se tragara su tarjeta y no pagar una comida. Hasta aseguran que ha tomado el lema de "todo lo que pueda comer" muy en serio al comer 70 porciones de pizza en un restaurante.

ADVERTISEMENT

Íntimo amigo de Carlos Alberto

ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT

Uno de los capitanes más grandiosos que ha tenido Brasil en toda su historia era gran amigo de Raposo. Y era quien le posibilitaba tener una vida de lujo, a pesar de ser un futbolista como el que descrito anteriormente. Alberto le ofrecía una habitación en un hotel en Buzios o Saint Tropez para Navidad y Año Nuevo.

ADVERTISEMENT

Su otra pasión además de estafar

ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT

"Toda mi vida ha girado alrededor del sexo" declaró Raposo al excluir cualquier otro hobby que haya tenido. "Si me dirigía a un club nocturno, pasaba 10 minutos con una chica y luego debía irme a algún lado con ella, al baño o al primer cubículo que encontrara" comentó. Y explicó que este accionar se debía a la forma en la que fue criado, en una sociedad ignorante.

ADVERTISEMENT

¿Casi es actor?

ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT

En una de las tantas historias fantaseosas que hacen a su vida, Raposo aseguró que estuvo muy cerca de formar parte de una película pornográfica. ¿Cómo llegó a eso? Éste había acompañado a su primo a una audición y al dejar una muy buena impresión, todo a causa de su habla y carisma, casi participa en el film.

ADVERTISEMENT

¿A que se dedicó tras dejar el fútbol?

ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT
ADVERTISEMENT

En la actualidad y tras haber gozado años y años de no ser futbolista pero cobrar como tal y vivir en el entorno de lujo, éste pasa sus días como un entrenador de gimnasio o fitness para mujeres. Con más de 50 años en su vida, sus años ya no lo hace pasar como futbolista, aunque sigue en función de atleta.