Anécdotas Del Fútbol

El fútbol está plagado de situaciones insólitas que han ocurrido desde el mismo comienzo de la práctica de este deporte. Desde engaños entre las selecciones a situaciones increíbles que han ocurrido dentro del campo de juego.

Conoce estas anécdotas de los inicios del fútbol cuando todavía no era la maquinaria actual millonaria que cautiva a millones de personas en todo el planeta.

No eran unos pataduras

En los Juegos Olímpicos de París en 1924, cuando aún los mundiales de fútbol no existían, la selección de Uruguay utilizó su picardía para vencer a sus rivales. Era la primera vez que un elenco latinoamericano jugaba en Europa y su rival era Yugoslavia. Los uruguayos notaron que su entrenamiento estaba siendo espiado por los rivales y practicaron chocándose entre sí y tropezándose. Los Yugoslavos salieron confiados al campo de juego y cayeron en la trampa ya que perdieron 7 a 0 el encuentro.

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El día del Alambrado Olímpico

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Muchos se preguntaran el por qué de esa denominación a la malla de alambre que separan las tribunas en Sudamérica. Ello se remonta a 1924 cuando Argentina y la Uruguay que obtuvo la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París se midieron en el estadio de Sportivo Barracas de Buenos Aires. El estadio fue colmado y para evitar males mayores se suspendió el partido. Días después se reanudó pero con la famosa malla de alambre que cubría todo el perímetro, de ahí fue bautizada alambrado olímpico.

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Origen del trofeo de la Copa del Mundo

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El galardón en sí de la Copa Del Mundo se remonta a la idea de Jules Rimet, presidente de la FIFA, de que el campeón del mundo se quedara con un obsequio hasta la celebración del próximo mundial. Abel Lafleur fue quien esculpió la copa que tiene a la figura de la diosa griega de la victoria, Niké, con las manos extendidas. La misma tiene 55 centímetros de alto, pesa 4 kilogramos, está moldeada con oro puro de 18 kilates y montada sobre una base de piedras.

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Le costó el puesto por mujeriego

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El Mundial de 1930 se avecinaba y el portero uruguayo Andrés Mazzali vivía un presente fabuloso tras integrar el equipo que consiguió dos medallas de oro en los Juegos Olímpicos de 1924 y 1928. Cuenta la historia que además de ser un gran futbolista era mujeriego. En la concentración de Uruguay y previo al inicio del mundial, se escapó con una señorita quien resultó ser familiar de un dirigente charrúa. Mazzali fue expulsado del seleccionado y entró en su lugar Enrique Balllesteros.

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Protegió la copa de la Segunda Guerra Mundial

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Italia fue la encargada de llevarse la copa del mundo tras vencer a Checoslovaquia en el Mundial de Francia 1938. El trofeo fue guardado en la bóveda de un banco romano hasta que estalló la Segunda Guerra. Fue Ottorino Barassi, vicepresidente de la federación italiana, quien, por miedo a que roben el trofeo, lo retiró de allí y lo escondió debajo de su cama y en una caja de zapatos. Esta no fue encontrada y años después el dirigente la entregó a la FIFA.

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Un estadio lleno de pasión

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El enfrentamiento entre Uruguay y Argentina nace en los comienzos del fútbol. Uno de los roces fue cuando se construyó el estadio Centenario. Desde Argentina catalogaban de desproporcionado el levantar un recinto para cien mil espectadores en una nación de 600 mil habitantes. La polémica llegó hasta a una obra de arte que se tituló: "¿Qué hacemos con el estadio?". Desde el otro lado respondieron: "Haremos lo de siempre, ganarles a los argentinos".

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El frustrado e histórico robo de la copa

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Corría el año 1966 cuando a meses de disputarse el mundial de Inglaterra, el trofeo fue robado del Westminster Hall donde yacía para promocionar el evento. De inmediato fue mandada a hacer una réplica al orfebre Alexander Clarke a pesar de que días más tarde, un perro de la raza collie y tras días de búsqueda de la policía, se encontró el objeto envuelto en diarios en un jardín de Beulah Hill. Quien fue señalado como el culpable fue Walter Bletchley, un obrero.

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Jugaron con dos balones diferentes

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En 1930, el Comité Ejecutivo de la FIFA decidió que tanto los balones argentinos como los de fabricación uruguaya pudieran ser opcionales para disputar los encuentros. Ambos eran de cuero, de color marrón oscuro, con gajos aunque el oriental era apenas más grande. En la final, uruguayos y argentinos no se pusieron de acuerdo y jugaron cada tiempo con un balón diferente.

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El robo satisfactorio de la copa

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La última vez que la FIFA entregó la pieza original a un seleccionado fue en 1970 cuando Brasil se llevó el galardón a la sede de la Confederación Brasileña de Fútbol. 13 años más tarde, éste fue robado por 4 individuos. Tras el robo, el botín fue fundido de inmediato para que los lingotes fueran vendidos al mercado negro. A partir de allí que la FIFA no entrega la copa original sino réplicas.

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La Celeste

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La selección uruguaya es llamada La Celeste por la camiseta que utiliza pero por qué es así si su bandera tiene cuatro franjas azules, cinco de color blanco y un sol dorado? La historia señala que el color fue tomado por el éxito deportivo del 10 de abril de 1910 cuando River de Montevideo se impuso al gran equipo argentino de Alumni. Ese triunfo fue catalogado como histórico y como River vistió de celeste, se tomó dicho color como distintivo y para el seleccionado.

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Un gesto de cariño que falló por falta de práctica

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El 17 de julio, antes de que Bolivia jugara contra Yugoslavia en el primer mundial de fútbol, los bolivianos decidieron homenajear al pueblo de Uruguay. La idea fue la de salir con una remera con una letra cada uno para formar la frase "Viva Uruguay". Increíblemente, uno de los bolivianos no salió a tiempo por quedarse en el baño y la frase salió fallada y como "Viva Urugay".

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Un nazi en la selección francesa

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En el Mundial de Uruguay 1930, el capitán de la selección francesa era Alex Villaplane. Nacido en Argelia, colonia francesa, se destacaba por su velocidad, regate y cabezazo. Aunque lo que llevaba sobre su espalda era la carga de colaborar con las fuerzas alemanas de Adolf Hitler doce años después del mundial en la Segunda Guerra. Villaplane fue fusilado en 1944 por miembros franceses.

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Árbitro y periodista

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Uno de los hechos insólitos que se generó en esos tiempos por el fútbol, fue el caso de Jean Langenus. El belga fue el árbitro que más partidos dirigió durante el primer encuentro ecuménico con 4 enfrentamientos. Aunque éste había acordado un hecho para viajar a Uruguay, haría de juez arbitral y tras terminar el partido cumpliría su rol de periodista. Es así como tras acabar su primer trabajo, por teléfono le transmitía la crónica del partido al seminario alemán Kicker.

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Un viaje eterno, una copa efímera

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El Mundial de 1934 significó que las delegaciones americanas se trasladaran a Italia en un viaje interminable en barco ya que no existían los aviones. Y lo curioso es que muchas de ellas viajaron varias semanas para disputar por pocos días el torneo. Brasil y Argentina demoraron 2 semanas para arribar a Italia y en tres días quedaron eliminados y debieron retornar. Algo similar ocurrió con México que al llegar a Italia disputó la eliminatoria donde cayó contra Estados Unidos y debió volver.

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Entregaron la clasificación por una casa

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Italia se preparaba para recibir el mundial de 1934 y debía clasificarse para ello. Uno de los encuentros fue contra Grecia al cual venció en la ida 4 a 0. Lo insólito es que el partido de vuelta nunca se disputó y se esgrimió que "los griegos no querían afrontar una humillación en su territorio y decidieron ceder el boleto". Casi sesenta años después se supo que los dirigentes de Grecia habían aceptado la compra de una casa de dos plantas en Atenas, a manos de los italianos a cambio de ceder el partido.

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Tres partidos en cuatro días

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El seleccionado italiano fue el único en la historia que disputó tres partidos mundialistas en cuatro días. Ocurrió en 1934 cuando el 31 de mayo enfrentó a España en Florencia. Tras igualar 1 a 1, debieron volver a enfrentarse (por que así lo indicaba el reglamento), el 1 de junio donde los italianos triunfaron 1 a 0. Dos días después, el 3 de junio viajaron a Milán para vencer 1 a 0 a Austria.

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100% Argentinos

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Por aquellos tiempos en 1934, los futbolistas que se desempeñaban en las ligas locales y tenían más de 3 años de residencia en el país, podían vestir la camiseta de aquella nación. Fue así como los argentinos Enrique Guaita, Luis Monti, Raimundo Orsi y Atilio de María representaron a Italia y salieron campeones del mundo. Aunque antes de la competencia se juraron no presentarse a disputar el partido si les tocaba enfrentar a la Argentina, hecho que finalmente no se dio.

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La presión del presidente

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La selección italiana y el máximo mandatario Benito Mussolini tuvieron una reunión previa a la disputa del certamen mundial de 1934. El dictador se dirigió al entrenador del seleccionado Vittorino Pozzo y lo amenazó: "Usted es el único responsable del éxito, pero que Dios lo ayude si llega a fracasar". Y también se refirió a los jugadores a quien les manifestó llevándose el dedo a la garganta: "Ganan o shhh".

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Sin apoyo por culpa de Adolf Hitler

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Durante el mundial de Francia 1938 se intentó que el gobierno alemán permitiera a sus habitantes viajar para apoyar a su seleccionado frente a Suiza en el partido inaugural. Esto ocurría ya que había un decreto del dictador Hitler que prohibía que un grupo de más de 30 alemanes se dirigieran más allá de 200 kilómetros de la frontera. Es por ello que la selección alemana se presentó sin apoyo en las tribunas.

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Un puntapié inicial fallido

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El presidente de Francia en 1938, Albert Lebrun, fue invitado por Jules Rimet a dar el puntapié inicial de la final entre Italia y Hungría. El máximo mandatario, que poco sabía de fútbol, se brindó al espectáculo y bajó al verde césped. Al momento de dar la patada inicial simbólica, Lebrun no conectó con la pelota sino que al césped e hizo despertar las risas del público. Ello no quedó allí ya que cuando tomó posesión de su lugar en el palco preguntó donde estaba la selección francesa, que no había llegado a esa instancia.